Un grupo de líderes espirituales acudieron a la Comisión Estatal de Derechos Humanos para solicitar a la dependencia vía derechos humanos y derecho al libre culto, la apertura de iglesias y demás centros de congregación religiosa.
Algunos de los centros de cultos religiosos presentan problemas económicos con motivo de las medidas preventivas para la contención de la pandemia provocada por el COVID- 19; el pago de renta de locales, nómina de personal administrativo y de mantenimiento, así como compromisos humanitarios que las demarcaciones religiosas contrajeron como parte de sus actividades habituales relativas a la ahora conocida como “vieja normalidad”.
Los pasajes bíblicos en ningún momento contradicen a la autoridad, por el contrario propone acatar las decisiones de los gobernantes, y orar para que ellos tomen las mejores decisiones en pro de su pueblo. Las autoridades no están violentando la libertad de culto, existe una comprensible preocupación por la aglomeración de personas que los rituales religiosos representan, así como una importante demografía conformada por adultos mayores, hoy considerada como grupo en riesgo, que solía acudir con frecuencia a las misas y cultos, sin embargo, existe una realidad ineludible y esa, es la presión económica a la cual los líderes religiosos ahora son sometidos.
Está escrito en la biblia un interesante pasaje que resume lo anteriormente señalado; “no sólo de pan vive el hombre”, haciendo hincapié en la importancia –para una importante parte de la población- el desarrollo de su espiritualidad, sin embargo, no es la falta de un lugar específico de práctica o de ejercicio lo preocupante, sino la precaria situación económica en que tras cuatro meses de inoperación, se encuentran los instalaciones y las finanzas de las congregaciones y del personal que labora en ellas, pues tanto su mantenimiento como su nómina dependen de las donaciones caritativas y diezmos que eran entregados durante la realización de los cultos y que desde hace más de 100 días no reciben.
Deben las autoridades poner atención en las congregaciones religiosas, independientemente de las creencias que cada persona tiene o no el derecho a ellas, lo cierto es que son fuentes de trabajo en situación crítica.
Durante esta contingencia los esfuerzos emergentes en el manteamiento de los empleos ha sido fundamental para las economías familiares, por tanto debe existir un acercamiento hacia con las iglesias y sitios de culto para extenderles el programa Emergente de Empleo Temporal para el pago de nómina, así como subsidios para su mantenimiento y estímulos fiscales como lo existe para las pymes, a fin de garantizar su subsistencia.